sábado, 24 de marzo de 2012

Cultivo del Tabaco



     Las semillas del tabaco son muy pequeñas y se siembran generalmente, en semilleros que son tratados con mucho cuidado (porque son muy delicados), con el fin de eliminar todas las plagas que dañan el suelo. Las pequeñas plantas se transladan, así colocándolas en hileras sobre pequeños montículos, y los detalles del cultivo varían en las diferentes zonas (por el clima) y según el tipo de planta que sea. Las hojas son las ‘’fabricas de nutrimento’’ de planta, que lo reparten a lo que resta, el cual incluye fruto y flores. Como las hojas son la parte que podemos aprovechar de la planta, el agricultor tiene que eliminar las flores y los retoños laterales, para así poder obtener hojas grandes y de buena calidad, dejando normalmente de diez a veinte hojas por cada planta.
     Sin embargo, los tipos de hojas pequeñas  como son los tabacos turcos no siempre se podan.
     Los retoños florales aparecen uno o dos meses después del trasplante y, luego las hojas comienzan a madurar, las que más maduran son las más cercanas a la base de la planta, cambiando su color verde oscuro en amarillo verdoso. Este es el momento adecuado para la recolección.  El momento exacto de la recolección depende de la variedad de la planta y del proceso de curado que se le dé. Un cultivador con experiencia conoce el momento exacto de arrancar las hojas, con la finalidad de obtener los mejores resultados.
     Se emplean dos métodos para la recolección. En algunos casos, se corta el tallo entero el cual puede alcanzar de 90 a 180 centímetros de altura, pero lo más conveniente es arrancar las hojas a medida que maduran, con este método tenemos que estar pendientes ir como mínimo seis veces a chequear a cada una de las plantas; sin embargo este asegura que todas las hojas recogidas se encuentren en el mismo grado de madurez, y por ende se obtiene un tabaco con un grado uniforme de aroma y calidad.



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